viernes, 1 de febrero de 2008

Un día con Farruco

Toqué su culo como sin ganas, por hacerle un cumplido sin palabras. Me sorprendió su embriagador aliento pegajoso: olía a mentol, a More rancio. Entonces me llamó: “¡Linda!” y yo, asqueada, le golpeé en los cojones.

Le debió doler, porque dijo: “ ¡ay!”.

Farruco siempre fue un jodido endeble aunque por fuera quería parecer Maciste, del mismo modo ladraba más que una puta perra...pero cómo me excita cuando escupe y enardece mis míseras cualidades literarias...Su maldita manera de mascar tabaco, sus lascivas palabras, su lengua aterciopelada, todo era falso.

“¡Acércate!”, le ordené, y lo hizo. “¡ Arrodíllate! Sabes que me debes una horchata bien fría" con esa insolente mirada, desierto negro, deseo al mirarle.

Le dije: “¡Empieza!". Trajo la horchata hasta mis labios con la polla, la tomé suavemente, como un fartón. Succioné, el hijo de puta tenía la mano puesta dentro de mis cereales. “¡Mamón!” grité, “¡ sácala ahora mismo!”. Él sonrió provocándome mientras no dejaba de masticarlos: “¡Joder, nena! Tengo que comer ésto, sabes que necesito saborear todo tu mundo y eso no puede hacerse con tan sólo una picha brava”.


“Venga vale, pero mejor coméme despacio la mermelada y no dejes que me arrepienta de este desayuno.”

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajjajaja, debe ser divertido pasar un día así con el susodicho jajajaja. Daros por besuqueaos.

Anónimo dijo...

jajajajaja, la leche en vinagre!!! Evapm.Gracias por remitirmelo!

Hugo Izarra dijo...

¿Nunca os han dicho que sois unos marranos?

Anónimo dijo...

Que conste que yo solo le toqué el culo, y luego todos éstos dejaron salir sus cochinos pensamientos

Anónimo dijo...

Siempre he escuchado que el desayuno es la comida mas importante del día.
Ahora lo entiendo.