viernes, 25 de enero de 2008

La puta del Friday's

Tenía las tetas afiladas como espinas.

Su coño de plata era una invitación al infierno en primera clase.

Y sus uñas, carentes de piedad, arañaban mi escroto día y noche.

¡Lujuriosa, enloquecedora tortura! Le planté mi polla en el delicioso ojete.

-Rasúrate las nalgas, vaquero- dijo mimosa, estrujándomela entre los pálidos muslos.

-Devórame la entrepierna.

Le pregunté: “¿Dónde están tus modales, pequeña bestia obscena?. Aprende a pedir permiso de armas y las cosas por favor.”

Empujé pero fallé, aquella grandísima zorra olía a sexo

Dejé de empujar, pero no de zurrar sus nalgas y esta vez con más fuerza eyaculé en sus pantis rasgados, sucios de semen fosilizado y flujo viejo.

No me importó comerme después su coño de caramelo.

Sabía a pescado.

Olía a lujuria sudando fuego. Se bebió todo mi caliente néctar blanco sin dejar gota. Deseosa de seguir, escurrió su pelo y acariciándome melosa lamió mi verga, invitándola a un nuevo alzamiento festivo, que no militar. Llegó un momento en que empecé a extenderme.

Y se acabó.

jueves, 24 de enero de 2008

INCERTIDUMBRES

"El sol quemaba sin ninguna piedad sobre el duro asfalto de mi desgastada carretera interior. No me quiere, otro jodido cabrón que se larga sin decir adiós. Siempre me ocurre cuando mastico recuerdos ajenos al sexo con dentadura postiza.

- ¡Hijo de puta! dijo tu madre.

No le respondi. Lo único que quería era morir lenta y dolorosamente. Eso, o matar. Quisiera ser criminal para morir asesinando, gozar de la sangre, impulso brillante que me emborracha, resaca de hematocritos. ¡Hostia¡ ¡Un cuchillo¡ ¡Y una cuchara!

Hoy estoy jodido. Mañana estaré muerto. Que más da una vida menos si me siento a punto de convertirme en un saco de cenizas que se esparcirán cual negras golondrinas. No soy racista."

miércoles, 23 de enero de 2008

11 manos morbosas y juguetonas

Cayó de pie. Siempre tuvo suerte, pero pocos amigos. En el bolsillo guardaba su secreto, sobre papel mojado ¿Quién me empujó? Mejor no saberlo

Muero de sueño pero si embargo ...

Necesitaba un trago y no tengo cojones para usar la llave inglesa ,forzar la botella y echar un buen polvo a esa vieja gorda llena de whisky.

El nocivo encanto de la nocilla me hizo perder mi asquerosa virginidad envasada al vacío y también que comenzase a odiar a la maldita vecina del quinto y su repulsivo aliento a cebolleta. Un aliento áspero, con un ligero toque de halitosis, que yo adoraba.

Si hay algo más adictivo que la leche de coco adulterada con polvo de yeso... Por ese motivo subí la escalera jadeando como un polvo de yeso, adúltero de paso.

Por ese motivo, si hay algo más morboso que mi trasero, arriba, al puerto de cualquier cima arañada por gatos alpinistas, ese algo es algo, ciertamente, sí.