domingo, 3 de febrero de 2008

El último inmortal

Una noche eterna, una estrella cayó iluminando mis ojos sin saberlo siquiera. Agotado como estaba, arañé el tiempo, borracho de amargura, mascando penas y espacio, aquello que me esclaviza como el yugo de mi propia reflexión. Si, estaba solo como vine y, como seguramente, volveré a marcharme. El reloj escupe, segundos, minutos, horas y yo sencillamente, los veo pasar esperando el momento de largarme de este tedio en medio de la trampa inmortal, aunque también tengo la vana esperanza de encontrar por fin la manera de morir sin que el mundo se dé cuenta. Fue por casualidad el descubrimiento que hice ayer, los sistemas colapsaron la pequeña centralita, bip, bip ,bip, tronó la alarma y cayeron los primeros ritmos inciertos. Intuyo por fin una nueva era, con suerte él se ha revertido e intenta recomponer sus recuerdos astillados Ayer nunca existió. Mañana volveré a tratar de captar mi sombra respirada, la hondura abismal de mi inmortalidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué profundo, coño.

Anónimo dijo...

Sí, me ha gustado, es diferente. Me ha sabido a poco eh Javi, enga prepárate otra cosita. Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Javi, me has quitado las palabras de la boca

Anónimo dijo...

Quedo bien ¿no?